martes, 18 de noviembre de 2008

¿Se canta o se reza?

Desde Tenerife nos llega este relato, de Manolo el del "Tío Cleto” y la “Tía Clemen”donde a través de sus recuerdo nos cuenta las costumbre de los niños el día de Nochebuena.


Muchos días antes de que saliéramos a la calle, ya nos reuníamos los muchachos del barrio de arriba para organizar la salida a pedir por las casas, el aguinaldo del día de Nochebuena, por aquel tiempo el pueblo estaba estructurado en diferentes categorías sociales, nosotros nos encontrábamos entre los más pobres, en algunas casas del pueblo, no era de buen ver el tener que salir a pedir el aguinaldo el día de Nochebuena, pero. para nosotros era una fiesta y así la disfrutábamos.El día de Nochebuena, el 24 de Diciembre, no era fiesta, por lo cual mi madre tenía que ir a trabajar casi siempre coincidía con la recolección de la aceituna, el año que mas me acuerdo de aquella Navidades, estábamos cogiendo en “Los Gorderos” y como todos los años pedíamos “tarea” o “ajuste” con el fin de terminar antes la jornada de trabajo, y poder ir lo más rápido a casa, para empezar con los preparativos de la cena de Nochebuena.Lo primero era irse al comercio de la Sra. Virtudes y esperar a que tocara la vez, y te despachara unos vales, por valor según la familia, que consistía en arroz, patatas, bacalao, unos mazapanes, turrón duro y blando, (aunque en casa cantásemos.-Esta noche si Dios quiere cenaremos un guisado, de perdices y conejo, y la pechuga de un pavo. Ande, ande, ande .la marimorena. Ande, ande que es la Nochebuena). Mientras nuestras madre preparaba todo, nosotros nos reuníamos un grupo de unos 5 o 6 y en el cancho de la puerta de tía María, nos poníamos a ensayar: unos con las tapaderas, otros con una pandereta (a la que siempre le faltaba alguna pieza,) otro, el más afortunado, con la zambomba, la botella de anís y el almirez, Esos eran todos los instrumentos que teníamos para salir a pedir el aguinaldo, Después vendría el ensayo de los villancicos,, casi todos aprendidos de oída con la particularidad de que casi nunca nos sabíamos las letras completas pero lo que si nos sabíamos bien era el de .- ANDE, ANDE LA MARIMORENA ANDE, ANDE QUE ES LA NOCHEBUENA. Había otros que también cantábamos con mucho énfasis que era: LA VIRGEN SE ESTA PEINANDO ENTRE CORTINA Y CORTINA LOS “CABALLOS” SON DE ORO Y EL PEINE DE PLATA FINA. (Nosotros desconocíamos que a los pelos se la llamaba “cabellos”). Una vez que todo estaba en orden y cuando ya había oscurecido salíamos a recorrer el pueblo casa por casa, las casas que visitábamos eran todos los años las mismas y ya sabíamos más o menos donde nos iban a atender y donde no; el recorrido era el que hacia las procesiones y el protocolo el mismo: llegábamos a la puerta tocábamos el picaporte y cuando contestaban preguntábamos a voz a grito ¿SE CANTA O SE REZA? En algunas nos decían ni se canta ni se reza; en otras se canta, y en pocas se reza. En estas, las del rezar, era porque hacía poco que había fallecido algún familiar y allí estábamos nosotros, con más pasión que devoción, rezando el Padre Nuestro. Donde se cantaba era la ocasión: los dueños habrían el portón y parte de la familia por dentro y nosotros en la calle empezábamos con el “ande, ande, la marimorena ande, ande, que es la Nochebuena”. Al terminar nos obsequiaban con mazapanes, peladilla, alguna naranja y con un poquito de suerte unas perras chicas y muy pocas perras gordas; todo esto se ponía en una cesta que llevábamos para la ocasión y al terminar en casa de uno de nosotros se repartía a partes iguales. ¡Cuántas Nochebuenas los únicos dulces y dinero que teníamos era lo que nos habían dados pidiendo el aguinaldo! Desde aquí quisiera dar las gracias de todo corazón a todas las gentes que nos ayudaron: de verdad muchas gracias, pero en particular a dos mujeres, madre y hija que nunca nos dieron con la “puerta en las narices” como fueron TIA SARTURNA y su hija GERTRUDIS, Gracias desde Tenerife donde vivo todas las Nochebuenas. Aquí también intento no perder esa costumbre y salgo con mis hijos, hermanos y sobrinos “a pedir el aguinaldo” por las casas de algún amigo que se sorprende tanto de esta costumbre como los turistas que nos encontramos en el recorrido, y ya cuando les preguntamos “¿Se canta o se Reza? Nos reconocen y desde dentro se oye una voz que dice: ¡SE CANTA!MUCHAS FELICIDADES A TODOS LOS PAISANOS SE ENCUENTREN DONDE SE ENCUENTRENMANUEL PANIAGUA SANCHEZ.

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